Tip número 1: comenzar con dosis bajas, en particular si se trata de pacientes debilitados o ancianos. La detoxificación se ve enlentecida ante reducción edad-dependiente del flujo plasmático hepático o renal, según el fármaco. La presencia de co-morbilidades obliga a ser cauto en el abordaje farmacológico. Para decirlo en inglés: "easy does it".
Tip número 2: tener identificadas estrategias de reducción progresiva de dosis, para evitar reacciones desagradables por súbita retirada del fármaco.
No solamente se aplica a narcóticos, sino muy especialmente a antidepresivos: fluoxetina, sertralina, venlafaxina, citalopram, etc.. Entre los más recientemente aprobados, el problema es particularmente serio con la duloxetina. Debemos tomarnos unas semanas para una reducción gradual de dosis, y en algunos casos, reemplazo parcial por otro antidepresivo en dosis bajas. De otro modo, con duloxetina, tendremos que presenciar náuseas, vómitos, sudoración profusa e inquietud como síndrome de retirada brusca. Que no suceda.
Saludos,
Pedro Politi
Nuevo podcast de psicofarmacología (en inglés)
Hace 6 años
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