domingo, 29 de noviembre de 2009

Nuevas recomendaciones sobre mamografía de screening

La "Task Force" (US Preventive Services Task Force), un grupo independiente de expertos de los EEUU, publicó el 17 de noviembre sus recomendaciones sobre el tema, como resultado de un exhaustivo análisis de la literatura médica.
Justamente la semana previa tuvo lugar un debate sobre este tema, en el Congreso de SAMIG, una Sociedad de Medicina Interna independiente de Big (and small) Pharma.

El tema viene arrastrándose desde los años 80: recuerdo que en 1989, el director del NCI de los EEUU tuvo que ceder a la presión del Congreso USA para recomendar bajar la edad de inicio del screening a los 40 (hasta entonces, la recomendación oficial era a partir de los 50).

El resumen es así: debemos ir con la verdad. La mamografía a los 40 años de edad tiene mucho menos rendimiento diagnóstico: la prevalencia del cáncer mamario es menor, la mama es mucho más densa, y ... "andá a buscar las microcalcificaciones, en medio de una tormenta blanca de parénquima mamario" (Politi dixit). Entonces, hay más dudas, más estudios extra, más biopsias, más sufrimiento, más confusión. En contraste, a medida que se envejece, el tejido mamario muestra mayor predominio de grasa respecto del parénquima, y provee un fondo radiolúcido sobre el que es más fácil detectar lesiones.

La verdad, o la mejor aproximación que podemos tener a la fecha, a la luz de la evidencia disponible hoy: la herramienta es bastante limitada. El NNS (number needed to screen) es de 1700 mujeres por 14 años, para salvar una vida - si comenzamos a los 40 años. Más o menos, como dar estatinas a un varón en prevención primaria. La sociedad está pagando esos bajos rendimientos, pero debe saber que son bajos. Así, con 14 años, la ventaja de las "chicas de 40" se "colecta" a partir de los 50 (estadísticamente hablando).

La Task Force solamente re-revisó la evidencia disponible: ensayos de calidad diversa que van variando sus resultados, lógicamente, con el seguimiento, con el devenir del tiempo. Sus recomendaciones sacudieron al establishment: en mujeres de riesgo estándar (es crítico identificar en qué grupo de riesgo se halla la mujer, en base a la anamnesis, y potencialmente, con ayuda de algoritmos - validados para la población estadounidense, no para la nuestra), iniciar con mamografía a los 50, repitiéndola cada 1-2 años (otro motivo de escándalo). Pero todo se basa en el riguroso análisis de la evidencia publicada.

Naturalmente, en pacientes de riesgo elevado (sea por historia familiar, por presencia de hiperplasia atípica o carcinoma in situ en una biopsia previa, o por menarca precoz o menopausia tardía, o por radioterapia torácica por enfermedad de Hodgkin, o por mutación genética sospechada o conocida, entre otros factores), se pondrán en marcha medidas adecuadas, individualmente seleccionadas, de consenso con la paciente, en conocimiento de los riesgos, inquietudes y beneficios acarreados por el screening (rastreo sistemático).

¿Qué explicar a las pacientes de 40-49 años, preocupadas por el riesgo de contraer cáncer mamario? Ni más ni menos que "la verdad": compleja, esquiva, con áreas borrosas. Que la mamografía es menos útil como herramienta diagnóstica en mujeres con mamas densas, y eso representa más falsas alarmas, re-tests, y biopsias. Que hay medidas de estilo de vida que podrían reducir el riesgo (hay datos en prevención secundaria, que sugieren que una combinación de ejercicio aeróbico por 5-6 días semanales, más dieta con alta fibra, vegetales frescos y verduras, e hipograsa, reduce la tasa de recaída del cáncer mamario en 50%). Si esto fuese una píldora, sería... "el avance más importante en 50 años". Pero no tiene prensa, ni incentivos, ni atractivo de marketing.
En casos bien definidos, es posible ofrecer un fármaco (raloxifeno o tamoxifeno) para reducir a la mitad el riesgo de cáncer mamario - en mujeres de riesgo elevado. Pero no hay datos sobre el balance riesgo-beneficio luego de 5 años de uso, y hay que balancear los riesgos (tromboembólicos en el rango de 1-2% anual, y carcinogénesis endometrial en el rango de 2 por mil anual) frente a una reducción de 50% en cáncer de mama. No es para abordar ligeramente, sino en una consulta profesional. (Nota: esto NO ES una recomendación. Si Ud que lee es una paciente, consulte a su médico).

"Sólo la verdad nos hará libres". La mamografía es una herramienta imperfecta. Es lo que hay. La ecografía es aún peor - en líneas generales - porque sólo permite discriminar entre lesiones quísticas y sólidas.
Hay disponible RMN de la mama ("es otro precio"), pero sólo resulta complementaria (mala para microcalcificaciones, buena para tejido blando, muy sensible, poco específica). Un problema más: si sólo la RMN visualiza la lesión (y no la mamografía), entonces habrá que biopsiar en un resonador, con instrumental especial y con personal especialmente entrenado.

La American Cancer Society ha recomendado recientemente añadir la RMN mamaria a las estrategias de screening en mujeres de riesgo elevado o con alta densidad mamaria. Esta recomendación NO ha sido compartida ni por la "Task Force" ni por el grupo canadiense de medicina preventiva. Siempre puede uno plantearse: ¿el problema es con la evidencia disponible o con su interpretación?

Cordialmente,
Dr. Pedro Politi

Muerte digna, vida digna

Por qué tenemos leyes de "muerte digna" y no las tenemos para garantizar una vida digna?

Por qué se ha legislado sobre el derecho para rehusar tratamientos (o interrumpirlos), mientras que no se ha legislado simultáneamente para garantizar la accesibilidad a los tratamientos médicamente necesarios, y a las condiciones de vida que promueven la Salud?

Por qué se anuncian iniciativas para acordar "descuentos" de 30% en medicamentos que tienen entre 2.000 y 20.000% de margen de ganancia - algunos de los cuales bien podrían integrar la categoría de "drogas puaj"?

Modelo sanitario o modelo de mercado?

"La Salud es una decisión política" dijo el Dr. Ramón Carrillo.

Saludos,
Pedro Politi

martes, 10 de noviembre de 2009

Leyes de "muerte digna" en la Argentina

Leyes sobre "muerte digna" en Río Negro y Neuquén: una mirada médica.

Recientemente se reglamentó esta ley en Río Negro (fue sancionada en el 2007), en tanto que la ley neuquina es de fines del 2008. Varios expertos han opinado sobre el tema, incluyendo posiciones importantes de los Dres. Francisco Maglio y Carlos Gherardi, disponibles por búsqueda en Google*

La ley de Río Negro señala que "toda persona que padezca una enfermedad irreversible en estado terminal tiene derecho a manifestar su rechazo a los procedimientos quirúrgicos, de hidratación y alimentación y de reanimación artificial cuando éstos sean desproporcionados a las perspectivas de mejoría
y produzcan dolor y sufrimiento".

La ley neuquina expresa "Considerando que al respeto por la vida corresponde el respeto por la muerte, los pacientes tienen derecho a decidir
en forma previa, libre y fehaciente, la voluntad de no prolongar artificialmente su vida a través de medios extraordinarios o desproporcionados, y a que se reduzcan progresivamente y/o irremediablente su nivel de conciencia"

En la Provincia de Bs As, existe un tipo de declaración ante escribano, por la que el paciente deja asentado qué opciones terapéuticas o medidas rechaza, a futuro. En primera mirada, se aproxima a lo que en EEUU se llama "living will" (voluntad en vida, o directivas anticipadas).

Qué pensamos? Qué nos dice nuestra mirada médica? Es siempre claro qué es un paciente terminal, qué es irreversible, qué es desproporcionado, y cuáles son las perspectivas de mejoría?
Lo que se legisla es un "nuevo derecho" o emana de una visión de la persona humana? Hasta ahora, ¿acaso un paciente no podía negarse a un tratamiento? Acaso no tenía derecho de dejar plasmadas sus directivas, prioridades, y decisiones?
Y qué tal es nuestra capacidad médica de pronosticar con más o menos una sombra de precisión o acercamiento? Hablemos los jóvenes y los mayores ya curtidos.

Cuántas incertidumbres!
En el fondo, ¿quién decide?. Y quien decide, lo hace en base a qué evaluación de situación? Cuán precisa y confiable es esa evaluación, proyectada a futuro?

Por qué tenemos legislación para facilitar que se rehúsen tratamientos, mucho antes de tener garantizada la accesibilidad a los tratamientos para aquellos que los necesitan - "terminales" o no? No es curioso?

Por otra parte, hay elementos altamente positivos en las tres iniciativas mencionadas: se clarifica un cauce formal para que el paciente asiente sus preferencias y directivas anticipadas por escrito (Pcia de Bs As), se reconoce que "la Medicina no puede solucionarlo todo", que nos enfrentamos con un Límite, que hay que ponderar riesgos, sufrimientos y beneficios (y costos, agregarán los lectores). Sumemos los "costos humanos" que se pagan en el cuerpo y en la subjetividad. La ley neuquina incursiona sobre métodos y técnicas que podrían avanzar excesivamente sobre el paciente y su autonomía (sedación terminal, deprivación de fluidos).

Dónde está la posición del compromiso profesional? A priori, es difícil delinear un "talle que sirva para todos", pero algunos horizontes son menos brumosos: las acciones que promueven primariamente el debilitamiento del paciente y que acortan la vida requieren un pensamiento y un objetivo: si éste último es acabar con la vida del paciente, parece que cruzamos una delgada línea roja. Los médicos sabemos que ninguna medida terapéutica es inocua, que todo tiene riesgos y efectos adversos: es el balance riesgo/beneficio lo que determina nuestro accionar en pro del paciente. Un paciente en sufrimiento físico o psíquico requiere alivio inmediato, con los medios disponibles en el mejor "estado del arte" médico. Esas medidas son conocidas por los médicos capacitados, y evitan muchos de los escenarios de horror que guarda el imaginario popular (dolor no controlado, disnea severa, y otros). Ninguno de esos medios estará exento de riesgos, y es por eso mismo que deben ser administrados y regulados por un médico capacitado y experto.

Privar de fluidos a un paciente es una decisión pesada. La deshidratación de hecho causa sufrimiento: sequedad de mucosas, dolor, confusión, potencialmente delirio.
La "sedación terminal" no garantiza per se el confort del paciente: según cómo se realice, puede simplemente "tapar la boca" del sufriente. La procesión va por dentro. En tal escenario, habremos negado a nuestro paciente varios componentes básicos de su dignidad, y habremos renunciado a nuestro compromiso profesional de proveer alivio, acompañar y ... cuando fuera realmente posible, curar.

Necesitamos, en las palabras de la Dra Kathleen Foley, experta en dolor y cuidados paliativos, "tratamiento competente del paciente muriente, en vez de suicidio asistido" - o de eutanasia (Foley K. N Engl J Med 1997; 336: 54). Hay un serio problema: estar junto a estos pacientes "salpica": los temas de transferencia, el recuerdo de la certeza de nuestra propia finitud, la tensión que se genera, todo hace que uno sienta la pulsión de "desenchufar todo y terminar de una vez". Pero hay alguien a quien prometimos darle lo mejor, y estamos ahí para honrar esa promesa, con nuestro arte y ciencia.

La mirada en el espejo nos devuelve un rostro, una actitud y una situación: que no nos encuentre "lejos de casa".

Cordialmente,
Dr. Pedro Politi

Saludos,
Pedro

* Nota: Ofrezco enviar copia del análisis del Dr. Gherardi, a pedido, y por e-mail.
El editorial de la Dra Foley también está a disposición, a pedido.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Tumores epiteliales tímicos - espectro clínico

Los oncólogos debemos alcanzar adecuado nivel de competencia clínica también en el manejo de neoplasias infrecuentes.
El compromiso tumoral mediastínico se observa más frecuentemente por lesiones secundarias (de primitivos en pulmón, páncreas, gastroesofágicos o testiculares, y por linfomas o leucemias) que por tumores primarios.

Mientras que los timomas se ubican en el mediastino anterior, junto con linfomas, tumores germinales y metástasis de carcinomas, el mediastino medio suele exhibir quistes entéricos, bronquiales y pericárdicos, y linfomas, sarcomas y carcinomas. El mediastino posterior aloja tumores neurogénicos y cáncer esofágico, seguido de lejos por quistes entéricos y neoplasias endócrinas.

La edad de presentación de los timomas incluye un amplio rango, con mayor frecuencia entre la tercera y quinta décadas de la vida. En ocasiones, una radiografía de tórax "de control" descubre el ensanchamiento mediastínico y pone en marcha la secuencia diagnóstica, en un paciente asintomático.

Los tumores tímicos epiteliales (timoma benigno, timoma maligno epitelioide, carcinoma tímico, y un grupo heterogéneo de formas malignas infrecuentes: mucoepidermoide, indiferenciado, queratinizante, a células claras, basaloide, linfoepitelioma y sarcomatoide) han sido ordenados en una clasificación de la OMS, en que los tipos A y AB son benignos histológicamente, y los B y C son malignos.
Casi todos los timomas ocurren o se inician en el mediastino anterior, y se prefiere la expresión "invasor" o "no invasor" a los términos "benigno" y "maligno". El compromiso secundario más común es en pleura, pulmón y pericardio, más la invasión de estructuras vecinas. Las localizaciones secundarias extratorácicas son raras. Aproximadamente la mitad de los pacientes presentan componente quístico en las lesiones; algunas, con calcificación.

La asociación con síndromes sistémicos (paraneoplásicos) es frecuente: miastenia gravis, polimiositis, colitis ulcerosa, síndrome de Sjögren, miocarditis, y una variedad de disfunciones endócrinas (t¡roidea, paratiroidea, adrenal, hipofisaria). Los cuadros hematológicos paraneoplásicos más frecuentes son la aplasia eritrocitaria, pancitopenia, y megacariocitopenia, así como hipogamma-globulinemia y anemia perniciosa.

La clásica estadificación según Masaoka sigue utilizándose: estadío I: completamente encapsulado, sin invasión capsular microscópica. Estadío II invasión macroscópica de la cápsula, grasa adyacente o pleura mediastínica; III: invasión macroscópica de pericardio, grandes vasos, pulmón; IVa: diseminación pleural, y IVb: metástasis linfáticas o hematógenas.

La base de la terapéutica es la resección oncológica, completa. Esto no es posible en un porcentaje importante de pacientes. El rol de la resección subtotal es controvertido. La radioterapia (dosis totales de 60 Gy en 6 semanas) brinda control clínico temporario en la enfermedad extendida.

La enfermedad es quimio-sensible (tasas de respuesta publicadas entre 20 y 45%) y se han estudiado diversos esquemas, mayormente en series de menos de 80 pacientes, en ensayos no controlados. Cisplatino, doxorrubicina, ciclofosfamida (PAC), doxorrubicina, vincristina, ciclofosfamida (VAC), con o sin agregado de cisplatino, cisplatino/ etopósido, carboplatino / etopósido son los más utilizados. Los corticoides agregan beneficio sintomático, especialmente en pacientes con miastenia.

Especialmente en las formas clínicas "encapsuladas", en estadíos precoces, completamente resecadas, con perfil histológico favorable, es alcanzable la supervivencia a largo plazo con buena calidad de vida.

En otras palabras, debemos estar atentos para emplear las medidas diagnósticas y terapéuticas adecuadas, funcionando en equipo con otros especialistas.

Cordialmente,
Dr. Pedro Politi